Holy Week & Easter letter from Bishop Walkowiak

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Dear friends in Christ,

“Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, who in his great mercy gave us a new birth to a living hope through the resurrection of Jesus Christ from the dead, to an inheritance that is imperishable, undefiled, and unfading, kept in heaven for you who by the power of God are safeguarded through faith, to a salvation that is ready to be revealed in the final time. In this you rejoice, although now for a little while you may have to suffer through various trials, so that the genuineness of your faith, more precious than gold that is perishable even though tested by fire, may prove to be for praise, glory, and honor at the revelation of Jesus Christ.” (1 Peter 3-8)

How true are these words from Saint Peter today! The trials we have faced this Lenten season and continue to face because of the COVID-19 pandemic are our moments of opportunity for spiritual advancement. Through such struggles, we strive toward sainthood.

Lent is a time to open ourselves to these challenges and create space for God to change us so that our lives reflect ever more intensely the light of his love. This year, in an unprecedented way, we have been given this opportunity. We can set aside our self-centeredness to focus on the common good and most vulnerable among us. Many of us exchanged our regular routines for schoolwork and business presentations from the kitchen table, a testing and strengthening of the domestic church. Most importantly, we have been reminded of our common belonging as brothers and sisters in the human family. Pope Francis has said, “it is not the time of your judgement, but of our judgement: a time to choose what matters and what passes away, a time to separate what is necessary from what is not. It is a time to get our lives back on track with regard to you, Lord, and to others.” (Urbi et Orbi, March 27, 2020)

Our experience of Holy Week will be different this year. But joined in a common spirit, we will enter into Christ’s passion and death in a new way. The struggles, sacrifices, and isolation we are facing right now can be joined with Christ on his journey to Calvary. Without Good Friday, there is no Easter Sunday. At the end of the journey is His glorious resurrection.

The celebration of the liturgies of Holy Week by our priests will preserve the sacredness and solemnity of this most holy time. I invite you to participate via livestream in all of the Holy Week liturgies which will be broadcast from the Cathedral of Saint Andrew on the diocesan website, grdiocese.org, and diocesan Facebook page. FOX 17 will broadcast the Palm Sunday and Easter Masses in the normal 10 a.m. timeslot. Additionally, our Good Friday liturgy will also be broadcast on FOX 17 at 3 p.m. that day.

This year, the joy of the Resurrection provides the hope that we are seeking. By Christ’s cross, we have been saved. By His cross, we have been redeemed. By His cross, we take hope in God’s promise of eternal life! The risen Lord seeks out each one of us: sick or well, broken or whole. Let Him be your comfort and source of healing.

May you feel, day by day through prayer, the presence of the Risen Christ. Share the joy and the hope of His resurrection with all those you encounter – even if it is only through email, video chat and phone calls at this time.

May the peace of the Risen Lord be with you and your loved ones this Easter season and always!

Sincerely yours in Christ,
Most Reverend David J. Walkowiak
Bishop of Grand Rapids

Find resources here for observing Holy Week from home.


Español

Queridos amigos en Cristo,

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes. Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. En lo cual ustedes se regocijan grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, sean afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo." (1 Pedro 3-8)

¡Cuán verdaderas son estas palabras de San Pedro hoy día! Las pruebas que hemos enfrentado en este tiempo cuaresmal y seguimos afrontando debido a la pandemia COVID-19 son momentos y oportunidades para el crecimiento espiritual. Por medio de tales tribulaciones, nos esforzamos por alcanzar la santidad.

La Cuaresma es un tiempo que nos abre a estos desafíos y crea espacio para que Dios nos cambie y que nuestra vida refleje cada vez más intensamente la luz de su amor. Este año, de una manera sin precedentes, se nos ha dado esta oportunidad. Podemos dejar de lado nuestro egocentrismo para centrarnos en el bien común y en aquellos que son más vulnerables entre nosotros. Para muchos de nosotros cambiaron nuestras rutinas regulares por tareas escolares y presentaciones de negocios desde la mesa de la cocina, lo que ha sido una prueba y fortalecimiento de la iglesia doméstica. Lo más importante es que se nos ha recordado nuestra pertenencia común como hermanos y hermanas en la familia humana. El Papa Francisco ha dicho: "No es el momento de su juicio, sino de nuestro juicio: un tiempo para elegir lo que importa y lo que sucumbe, un tiempo para separar lo que es necesario, de lo que no lo es. Es un momento para que nuestras vidas vuelvan a alinearse con respecto a ti, Señor y a los demás". (Urbi et Orbi, 27 de marzo de 2020)

Nuestra experiencia de la Semana Santa será diferente este año. Pero unidos en un espíritu común, entraremos en la pasión y muerte de Cristo de una manera nueva. Las luchas, los sacrificios y el aislamiento que enfrentamos en este momento se pueden unir con Cristo en su camino al Calvario. Sin el Viernes Santo, no hay Domingo de Pascua. Al final del camino está Su gloriosa resurrección.

La celebración de las liturgias de la Semana Santa por nuestros sacerdotes preservará lo sagrado y solemne de este tiempo tan santo. Los invito a participar a través de la transmisión en directo en todas las liturgias de Semana Santa que se emitirán desde la Catedral de San Andrés en la página web diocesana, grdiocese.org y Facebook diocesano. FOX 17 transmitirá el Domingo de Ramos y las Misas de Pascua en el tiempo normal de las 10 a.m. Además, nuestra liturgia del Viernes Santo también se transmitirá en FOX 17 a las 3 p.m. de ese día.

Este año, el gozo de la Resurrección brinda la esperanza que estamos buscando. Por la cruz de Cristo, hemos sido salvados. Por Su cruz, hemos sido redimidos. ¡Por Su cruz, tenemos esperanza en la promesa de Dios de Vida eterna! El Señor resucitado nos busca a cada uno de nosotros: enfermos o sanos, quebrantados o plenos. Dejen que Él sea su consuelo y fuente de sanación.

Que sientan, día a día a través de la oración, la presencia de Cristo resucitado. Compartan la alegría y la esperanza de Su resurrección con todos aquellos que encuentren, incluso si es en este momento sólo a través del correo electrónico, videochat o llamadas telefónicas.

¡Que la paz del Señor resucitado esté con ustedes y sus seres queridos esta época Pascual y siempre!

Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo David J. Walkowiak
Obispo de Grand Rapids